La afiliación de jóvenes a la Seguridad Social cae un 40% desde 2005
Que un joven de entre 20 y 24 años
encuentre trabajo es difícil y así lo avala el Boletín de Estadísticas
Laborales (BEL), que a cierre de 2013 registró 2.651.486 altas de este
colectivo en la Seguridad Social frente a las 4.277.781 cuantificadas al cierre
del ejercicio de 2005.
El número de afiliados a la Seguridad
Social, es decir el número de trabajadores registrados, ha vuelto a crecer en
mayo, sin embargo los jóvenes continúan teniéndolo harto complicado para
trabajar y así lo refrendan las estadísticas, que subrayan un descenso del
38,02 % en afiliaciones de jóvenes entre 20 y 24 años al comparar las
afiliaciones registradas el último día de 2005 con las de la misma jornada de
2013.
Los guarismos "se agravan" más
aún si tenemos en cuenta que desde el año 2013 los becarios, esos jóvenes con
ganas de trabajar y formarse de los que se aprovechan algunas empresas, también
tienen que ser dados de alta en la Seguridad Social, mientras que con
anterioridad a ese ejercicio, estas personas no computaban para el total.
Sin embargo, en los últimos meses la
situación parece que se está revirtiendo, al menos para Andreu Cruañas,
presidente de la Asociación de Agencias de Empleo (ASEMPLEO), quien revela a
Efe que en el caso concreto de este colectivo, "la afiliación lleva dos
meses consecutivos aumentando de forma interanual después de 83 meses seguidos
destruyendo empleo, desde abril de 2007".
Cruañas destaca que la mala situación del
empleo juvenil "no sólo afecta a España", aunque no duda en tildar la
coyuntura para los jóvenes en nuestras fronteras como "alarmante".
"La tasa de paro general es muy
elevada, pero en el caso de los jóvenes casi seis de cada diez que quieren y
pueden trabajar están en situación de desempleo", lamenta el presidente.
Cierto es que las cifras de afiliaciones
interanual a la Seguridad Social han mejorado en los últimos meses para los
veinteañeros, como suscribe Asempleo, que sin embargo reconoce que la
obligación de afiliar a los estudiantes en prácticas o becarios desde 2013
"ha podido ayudar a mejorar los datos de afiliación de este
colectivo".
Adolfo de Luxán, coordinador del Servicio
de Empleo del Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas
y Sociología, puntualiza a Efe que "no todas las becas llevan aparejadas
el alta a la Seguridad Social, sino sólo las remuneradas", aunque reconoce
que son "mayoría".
Como buen conocedor de la situación, De
Luxán señala que actualmente resulta "muy difícil" para este
colectivo comenzar a trabajar, por lo que en muchos casos "los jóvenes
intentan retrasar su entrada al mercado laboral".
Continuar formándose o salir a la caza del
empleo digno por medio de la concatenación de becas son las soluciones más
usuales, indica el experto, quien también señala que a la hora de analizar las
altas cifras de afiliaciones juveniles de hace diez años, "cuando España
iba bien", hay que tener en cuenta que muchos jóvenes dejaron sus estudios
para trabajar.
Son muchos los nombres que se podrían
inscribir aquí, exactamente los mismos que chavales de esta franja de edad que
están a la sombra de un cielo nublado en el que el trabajo brilla por su
ausencia y que suele monopolizar las conversaciones en las universidades.
Ante el estado de desánimo generalizado,
De Luxán aporta un poco de luz al porvenir de una parte de los afectados, los
más formados, por esta situación.
"El mercado de trabajo está
remontando ligeramente, especialmente en trabajos cualificados", señala el
experto, quien reconoce que las empresas están "empezando a apostar por
los jóvenes".
Sin embargo, el camino hasta el puesto de
trabajo que toda una generación -la más preparada de la historia según cuentan
algunos- anhela pasa por años de becas y de "cambios de silla", algo
que en opinión de De Luxán, a la larga, se va a convertir "en la tónica
general".
Fuente: http://www.lavanguardia.com/