“El Ayuntamiento no es un lugar para mandar, sino para transformarttp: - Asesoría Laboral Barcelona

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Durante dos legislaturas, entre 1991 y 1999, formó parte de la Corporación municipal, una de ellas con protagonismo en el equipo de Gobierno con el apoyo a Jesús Málaga como alcalde. Abogado de Comisiones Obreras durante diez años, en la actualidad es Coordinador de la Asesoría Laboral Gratuita para Trabajadores Serafín Holgado. Abel Sánchez considera que es necesario romper el bipartidismo, dar más protagonismo al ciudadano y diseñar un modelo de ciudad donde se reduzca el uso del vehículo privado.

- ¿Qué ofrece La Izquierda de Salamanca para diferenciarse de otras formaciones políticas?

- Ofrece, en primer lugar, la propia esencia de su trabajo. Es una candidatura de la que forma parte distintas personas que provienen de colectivos ciudadanos, partidos políticos, colectivos que están realizando un trabajo desde hace mucho tiempo. El eje vertebrador es un programa elaborado colectivamente, de forma muy participativa, por lo que no existe nadie que se sienta excluida ni la predominancia de nadie. Es una formación netamente de izquierdas, que lo que pretende es atacar las bases del propio sistema, el que produce la injusticia que está viviendo gran parte de la sociedad, y por lo tanto queremos transformar ese sistema, elaborar unas nuevas bases de convivencia y relaciones sociales. Es una izquierda que no se limita a querer paliar consecuencias del sistema social que vivimos.

- Dentro de ese sistema, ¿qué carencias ven en Salamanca?

- Las carencias se ponen de manifiesto de una manera muy cruda. Estamos en una zona en la que la inversión pública es muy pequeña, inferior a otros sitios, en la que apenas somos capaces de generar riqueza porque no tenemos industria, toda nuestra actividad económica se centra en el sector primario y terciario, dependientes de la riqueza que puedan generar otras personas, y por tanto, en una situación de debilidad extrema.

A pesar de la gran capacidad de preparación de personas que gira en torno a la Universidad de Salamanca, apenas un porcentaje de los jóvenes que acaban sus estudios encuentran una ocupación profesional, con lo cual estamos formando personas para que después tengan que irse fuera de Salamanca. Nos encontramos con un empobrecimiento cada vez más acusado, la brecha entre la riqueza y aquellos que cada vez tienen menos se va abriendo más, es cada vez más profunda la diferencia social. Es fácil salir a la calle y ver que no hay oportunidades de trabajo, y las que hay son en unas condiciones de explotación abusiva. Es un población que está caminando hacia su envejecimiento y las clases pasivas.

- Situación con responsabilidad de PP y PSOE durante las últimas décadas, pero, ¿se podrá romper el bipartidismo en las próximas elecciones municipales?

- De eso se trata. La sociedad es mucho más plural, más amplia de lo que refleja el bipartidismo. Es algo que a la larga empobrece tremendamente la vida ciudadana y social, porque una sociedad no se puede reducir a unos límites tan estrechos. Esa alternativa no es tal porque al final las políticas que desarrollan unos y otros están dentro de un mismo esquema, un mismo camino, una misma lógica, y cada vez son más parecidas.

Eso lleva a una resignación por parte de los ciudadanos, a una desafección de la vida política, y ahora se ve más como una cosa de unos señores que están ahí, que se dedican a insultarse entre ellos, pero que no entran al fondo de los asuntos. La sociedad está yendo por un lado y la política por otro. Romper ese bipartidismo es fundamental, no sólo porque haya más o menos grupos en una institución, en este caso el Ayuntamiento, sino porque la sociedad no se limita a lo que actualmente está ofreciendo ese bipartidismo, requiere que la complejidad que tiene se vea reflejada en la vida política.

- Teniendo en cuenta la situación política actual y la variedad de opciones en la izquierda, ¿no es ponérselo en bandeja al PP?

- Nosotros no fragmentamos el voto de izquierdas, o por lo menos no es nuestra pretensión. La vocación con la que nace La Izquierda de Salamanca es absolutamente aglutinadora. Aquí no se está dando la primacía a nadie ni imponiendo nadie sobre los otros, estamos haciendo un llamamiento a la gente de izquierdas para que participen y sumen esfuerzos. Es un proyecto tremendamente abierto. Cosa distinta es que alguien se sienta con el derecho a plantear que ellos son la única izquierda y por lo tanto todo lo que se haga fuera de ellos es fragmentar el voto. Eso es falso, porque la izquierda también es plural, y es enriquecedora. La izquierda no es unas siglas, una pegatina, es una forma concreta de hacer política. El programa es lo que define, el compromiso de trabajo con los ciudadanos. No es bueno plantear las alternativas electorales contra algo, sino todos a favor de algo, de programas comunes.

- ¿En qué se basa fundamentalmente ese programa de La Izquierda de Salamanca?

- Tiene unos cuantos ejes fundamentales. Primer eje clarísimo, la democracia entendida de una manera radical, lo que supone entender la participación de los ciudadanos de manera permanente. No se trata de que se vote y hasta dentro de cuatro años no ha pasado nada nuevo. Eso es ir contra la esencia de la propia democracia. Desde un Ayuntamiento se pueden establecer cauces de participación como consejos de barrio, referéndums, asambleas ciudadanas, que los ciudadanos entiendan que las instituciones son de ellos. El Ayuntamiento es el lugar donde los ciudadanos eligen su futuro, no donde unos señores eligen a dedo el de los demás.

Segundo eje, implicarse en las relaciones sociales y económicas, el Ayuntamiento no puede mirar de lejos las injusticias que se producen, no puede dejar de lado a los más desfavorecidos y no puede plantear simplemente que no es problema del Ayuntamiento, que poco puede hacer. Evidentemente no tiene la capacidad normativa del Gobierno pero sí puede establecer elementos como acabar con las privatizaciones de los servicios públicos, con beneficio social, no para unos cuantos.

También puede animar la economía social, a través de cooperativas, sociedades laborales, se puede fomentar su creación con sistemas de ayuda e impulsar con un clima social, por ejemplo establecer cláusulas que las obras que se contratan con grandes empresas se empiecen a contratar con empresas de economía social. También se puede obligar a que quien quiera contratar con el Ayuntamiento requiera condiciones sociales, por ejemplo excluir a empresas que han realizado despidos improcedentes los meses anteriores. Así se rompe el clima de resignación.

El tercer pilar, claramente el de la defensa de lo público frente a lo privado, defensa radical. Los intereses públicos deben primar frente a los intereses especulativos. Hay que trabajar para la igualdad. Y el cuarto pilar sería desarrollar una ciudad al servicio de la mayoría. Aquí hay que hablar del diseño de ciudad que queremos para dentro de quince o veinte años, entre todos. Podemos seguir teniendo una ciudad donde el vehículo privado, el coche, todo se diseña para que funcione el tráfico rodado, separando la vida ciudadana.

Nosotros planteamos una ciudad en la que dentro de cuatro años tengamos el doble de transporte público y la mitad de vehículos privados, estableciendo la bicicleta no como un elemento de ocio, sino de desplazamiento. Todo el diseño de carril bici da una vuelta alrededor de la ciudad, pero el centro de la ciudad debería estar blindado al transporte privado. Por ejemplo, vamos a proponer que todas las calles con dos carriles, uno sea exclusivamente para transporte público, bicicletas y taxis. Es decir, un concepto de movilidad totalmente distinto, y eso requiere más participación ciudadana y un proyecto a largo plazo. Políticas como realizar aparcamientos subterráneos junto al casco histórico, o perder la oportunidad de introducir un carril bici en la avenida de Portugal, lo único que hacen es convertir a la ciudad en un lugar poco pacífico, donde el tráfico es el rey. Pretendemos hacer todo lo contrario, prioridad para el peatón, una ciudad de e ncuentro.

- El dinero es importante. Hay algunas cosas para las que no es tan necesario, y cambiar la mentalidad, el funcionamiento de la ciudad, no es tanto una cuestión de dinero sino de creerse que el Ayuntamiento no es un lugar para mandar, sino para transformar la ciudad para mejor. Otra parte, por supuesto sí. Una política solidaria requiere dinero. Una disminución del precio de los autobuses evidentemente requiere dinero. No se puede engañar. ¿De dónde sale el dinero? De los ciudadanos, debería salir más del Estado, de la participación de los ayuntamientos en los ingresos, que es de las más bajas de Europa.

Por lo tanto, hacen falta impuestos, no vamos a engañar a los ciudadanos diciendo que vamos a bajarlos. Pero la cuestión no es más impuestos o menos impuestos, sino cómo se distribuyen. La política fiscal puede hacer un gran trabajo de igualdad entre los ciudadanos, gravando en función de las disponibilidades económicas. El que esté planteando a la sociedad que es capaz de bajar impuestos de manera global y al mismo tiempo aumentar servicios, le está engañando. Los servicios hay que pagarlos, pero con impuestos progresivos, el que más capacidad tenga, más pague.

- Si al final lograra representación en el Ayuntamiento, y no hubiera mayoría absoluta de PP o PSOE, ¿cómo procedería?

- Pues poniendo el programa encima de la mesa, hablando con absoluta claridad con los ciudadanos, y una vez que los otros grupos políticos se pronuncien, si podemos llegar a un acuerdo sobre puntos concretos, entonces decidirían las asambleas de La Izquierda de Salamanca. Eso llevaría a una coalición de gobierno o un apoyo desde la oposición, definiendo previamente lo que se va a hacer durante los cuatro años y estableciendo una serie de controles para que se cumpla.

- Estuve en una legislatura en la que hubo un equipo de Gobierno integrado por dos partidos, favorecí la elección de Jesús Málaga como alcalde, pero desde la oposición porque no hubo ese acuerdo programático. Siempre con luz y taquígrafos de cara a los ciudadanos, no se trata de una negociación de pasillos, con líneas rojas que no se pueden traspasar en ningún momento. Jamás he negociado cargos. Eso no nos preocupa en absoluto, sino que se haga una política concreta de izquierdas.

- Desde su experiencia dentro y fuera de una institución, ¿ha cambiado mucho la política municipal en todos estos años?

- Sí, a peor, por el bipartidismo. En un momento determinado había un pluralismo bastante más importante, que lleva a que todo el mundo tenga la opción de plantear cosas distintas, con lo cual hay mucha más riqueza de debate y los ciudadanos participaban más de la vida municipal. Ahora, los ciudadanos se preocupan menos de lo que sucede en las instituciones y lo ven más como un juego de políticos profesionales que no tienen una implicación real. Eso ha llevado a un empobrecimiento de la vida social, las organizaciones están formadas por personas muy animosas pero sin respaldo ciudadano detrás. La mayoría busca su lugar bajo el sol y sobrevivir. Eso es malo.

- Entonces,  ¿cómo se puede recuperar la ilusión y la participación de los ciudadanos?

- Poquito a poco y sobre todo con una honradez absoluta, que se lo crea la propia persona que plantea una participación, una palabra ahora muy manida y en boca de todos. ¿Pero cómo se puede hablar de participación quiénes llevan ya un programa cerrado y lo que se le dice es vóteme, que ya resolveré yo los problemas en las instituciones? Eso es lo contrario, el camino equivocado. Esto es un problema de todos, no de los políticos que se eligen, que salgamos adelante es implicación de todos. Es un camino difícil porque estamos todos apoltronados, pero hay que hacerlo.

Fuente: Salamanca24horas.com

Editado por: Asesoría Laboral Barcelona

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